Vacío Braseado, como sabrán soy una persona amante del buen comer y la carne es una de mis opciones favoritas. Siempre considero que es un buen momento para comer un rico asado, compartir con familia, amigos reunirnos y disfrutar de una buena comida. Si vienen de visita seguramente los reciba con algo rico y si es alguna producto cárnico es muy probable que sea braseado.
Una de las técnicas que si bien lleva tiempo es de las más simples y la carne creo que no hay forma de que salga mal, o al menos en muy improbable que esto suceda es con el braseado, y sinceramente la gente queda muy contenta con el resultado final.
Es tan sólo una técnica que consiste en dos pasos. Uno en seco que comúnmente es el momento del sellado y luego la cocción húmeda, se puede hacer en una olla o al horno con una larga cocción, yo en particular prefiero al horno, ahora si vamos a ir por la receta.
Desgrasamos el vacío, sacamos el excedente de grasa, lo salpimentamos y en una plancha o sartén bien caliente ponemos un «chorrito» de aceite y sellamos por ambas caras al vacío.
Una vez sellado agarramos una fuente de horno, y colocamos el vacío, le incorporamos el agua hasta que supere un poco más de la mitad de la fuente, y colocamos las verduras cortadas groseramente (el apio en esta preparación como en cualquier caldo es el que le da ese sabor casero que nos remonta al pasado y nos da calidez). Tapamos con papel aluminio la fuente y la llevamos a horno durante dos horas a un horno moderado entre 170 y 180 grados.
Luego no queda más que sacarlo, dejarlo reposar al menos 5 minutos cortar y disfrutarlo con la guarnición que más te guste.